Argentina: Esperó todos los días a su amado en una plaza y se reencontraron 40 años después

1/1 Argentina: Esperó todos los días a su amado en una plazaFoto temática: Pexels
Silvia y Kike se conocieron cuando ella tenía 14 años y él 19, la vida los llevó por diferentes caminos, pero 40 años más tarde se reencontraron en Argentina
Argentina.- Pocas historias de amor se ven como la siguiente, pues, aunque muchas parejas duran décadas felizmente casados, pocas veces prevalece el amor de adolescente a pesar de las décadas, la distancia y de tener otras relaciones amorosas.
Precisamente lo anterior sucedió a Silvia y Kike, quienes, según La Nación, se conocieron en la localidad Aristóbulo del Valle, Misiones, en Argentina, cuando ella tenía 14 años y él 19. En ese momento pasaron gratos momentos entre paisajes naturales y buenos sentimientos.
Tal era el cariño de la entonces jovencita, que todos los domingos asistía a la iglesia junto a su novio para pedir a Dios que siempre estuvieran juntos, confesó al medio mencionado en la publicación de nombre "Tras una promesa, lo esperó en vano todos los domingos en un banco y 40 años después regresó a su pueblo para cerrar su historia".
Pero sus súplicas al creador no fueron suficientes para cumplir su deseo, pues en determinado momento Kike terminó con ella, dejándola con una herida sentimental difícil de sanar. Sufría tanto que familiares decidieron llevarla a vivir a Leandro N. Alem, otra localidad.
Dos años transcurrieron desde la ruptura sentimental, Silvia, de entonces 16 años, aún pensaba en su ex, cuando sorpresivamente Kike llegó de sorpresa a su hogar. Fueron a una plaza, donde se sentaron en una banca para conversar de todo y de nada.
Él afirmó que lo habían calumniado, le besó con amor, prometió volver el siguiente domingo para posteriormente hablar con sus padres y pedir su mano. Le dijo que se casarían.
El hombre nunca volvió, pero ella asistió todos los domingos a la plaza para sentarse en el mismo sitio y esperar a que regresara su eterno enamorado. Una conocida dijo a Silvia que el joven se había quebrado la pierna, lo cual significó un poco de esperanza para la joven. Ya había una explicación para la ausencia.
"Esperé que pasen los ocho meses, pero tampoco vino. Mamá me dijo que dejé de esperar, que no le fuese fiel, que él no volvería. Igual lo seguí esperando", dijo la protagonista de la historia a La Nación, para después agregar que supo, el hombre al que esperaba se había casado.
Fue así que la fémina terminó casada con el padre de sus tres hijos, mientras que él también hizo una vida por su cuenta.
La vida no los puso en el camino, pero ella aún tenía algunos recuerdos de él, pues puso su nombre a un muñeco que le regalaron, incluso conversaba con el mismo. La imagen de su amado era tan fuerte que un día pidió al cielo volver a verlo. En esa época también decidió separarse.
Todo cambió drásticamente cuando le invitaron a una reunión en Aristóbulo del Valle, el sitio donde creció. En la celebración se topó con Kike, un recuentro que ambos disfrutaron a tal grado de hacer planes para verse más adelante.
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Tras algunas visitas y de convivencia con sus respectivos hijos, terminaron por vivir juntos en el mismo pueblo que vio nacer su historia de amor cuando eran apenas unos jóvenes, 40 años atrás.