
La capirotada, el dulce sabor a la Cuaresma en México
Todos los viernes, en muchos hogares de México se impregnan con el olor de la Capirotada, el postre por excelencia de Semana Santa

María Elena prepara los litros de capirotada para su venta en Los Mochis, que ya está asegurada. | Foto: Rey Esquer/ Debate
Los Mochis, Sinaloa.- La capirotada es el postre más esperado de la Cuaresma en México para disfrutarse fría, caliente, con un buen vaso de leche, un café o sola, a cucharadas o con un tenedor, como se presente la ocasión es riquísima.
Eso sí, casi siempre en compañía de la familia o amigos que se reúnen en torno a esta receta para prepararla y comerla todos juntos.

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En casa de los Gamboa Olaiz, en la ciudad de Los Mochis, Sinaloa, saben bien de la relajante combinación de una buena plática con la tradicional capirotada, pues, durante más de 20 años, cada Cuaresma han saboreado esta delicia hecha por la señora María Elena Olaiz López, quien no escatima tiempo ni ingredientes para hacer de su postre el más especial cada temporada.
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Cómo hacerla
Y como en gustos se rompen géneros, y en recetas también, la de la madre de familia mochitense incluye desde tortillas, manteca vegetal, hasta coco y frutos secos; pasando por las indispensables ciruelas pasas, cacahuates, plátano macho, pan tostado y queso de rancho, además de un poco de mantequilla derretida en la estufa para pasar por ella los trozos del plátano macho para que queden suaves, y así lograr una mejor cocción.
Y para la miel que impregna de sabor y une al resto de los ingredientes, a dos litros de agua, María Elena agrega dos rajitas de canela, cuatro conos de piloncillo y seis clavos. Luego hervir, lo deja a fuego lento hasta que se derritan los piloncillos y se mezclan todos los sabores.

Una vez que tiene la miel la reserva, a una olla de barro le unta manteca vegetal y sobre esta pone tortillas por las paredes y en la base para evitar que el pan se pegue. Así es como todo está listo para ir colocando las camas de cada ingrediente: primero pan tostado, luego se agregan cacahuates, plátano macho, ciruelas pasas, pasas, frutos secos, queso de rancho y coco; se retoma la cama de pan y el resto de los ingredientes, hasta llenar la olla o que ya no quede pan por colocar.

Después, vacía miel hasta cubrir por completo todo, lo tapa con papel aluminio y lo coloca en el horno precalentado a 180 grados centígrados entre una hora y media o dos horas, dependiendo de la cantidad de capirotada que se hará.

Pasado este tiempo y luego de checar que el pan esté suave y humedecido, ¡listo!, sólo hay que esperar un poco para que se enfríe y comerla, aunque hay quienes la prefieren así, recién sacada del horno.

La hace negocio
Ha sido tanto el éxito de su capirotada, que este año, María Elena, motivada por su hija Mariela Anahí, la ofrece entre amigos, vecinos y en la página de Facebook de su hija con el mismo resultado: se le agotan los pedidos desde las primeras horas. Y cómo no, si de lejos invade el ambiente, el aromático olor a clavo, al piloncillo y a la canela.

Sobre cuánto utilizar de cada ingrediente, María Elena aclara que es según los gustos de cada mano que la prepare, porque es un postre muy noble que se ajusta a la perfección a cada paladar, pues, si alguien lo desea, puede añadir tantas ciruelas pasas como quiera o frutos secos o queso, incluso no agregarlos.

Sin embargo, los ingredientes que de ninguna manera pueden faltar, y que esta madre de familia utiliza en gran cantidad, son amor y deseos de consentir a los suyos cada viernes de Cuaresma, por lo que todos están esperando ya el próximo fin de semana para saborear una buena porción de esta, la capirotada de María Elena.


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