Siete consejos para un presidente municipal

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POLIARQUÍA
1. Que no se le suba el cargo. Véase en el espejo de los que fueron y ahora no son. Cómo están, qué hacen, quién los procura. Aprenda de sus errores y no piense que usted será mejor que ellos. Mejor demuéstrelo. Que no se le suba el cargo, pero si ya se le subió, difícilmente tendrá remedio. Sus aduladores no se lo permitirán.
2. No subestime al cabildo. Es el error favorito de los presidentes municipales. Creen que los regidores y el síndico procurador son sus empleados. Los presidentes olvidan que no los pueden despedir porque llegaron también por el voto popular. Son sus iguales, y todos juntos, son más que el presidente. Y tienen más facultades y poder.
3. Mantenga buena relación con el gobernador. Usted no tiene derecho a pelearse con un gobernador nomás porque sí, ya que afectará a su municipio. Recuerde que los gobiernos municipales están en quiebra, y apenas salen con la nómina. Los apoyos de los gobernadores es fundamental. Ni modo, así son las cosas. Guárdese sus pleitos personales, pues mucho le costará a los que gobierna.
4. Escoja buenos colaboradores. Se dice que el gobierno municipal es el más cercano a la gente. Evite funcionarios pedantes, prepotentes y flojos. No invite a colaborar a sus amigos si no tienen vocación de servicio. A usted lo evaluarán todos los días por ellos. Y si fue mal presidente municipal, se lo recordarán toda la vida.
5. No se esconda de los medios de comunicación. Contestar preguntas no es fácil. Tiene que tener datos, respuestas a los problemas y paciencia. Mucha paciencia. No se esconda de los medios. Dé la cara. Un presidente que se esconde de los medios, generalmente no está trabajando.
6. Entienda el papel del síndico procurador. Este cargo tiene muchas facultades legales, que habían estado dormidas o bostezando. Sepa que es el gran contrapeso en el gobierno que usted encabeza. Así lo dispone la ley. No se pelee con su síndico procurador o le pesará. Enséñese a cabildear en su propio cabildo, o no lo dejarán gobernar.
7. No minimice a los regidores de su propio partido. En todas partes pasa lo mismo: el presidente minimiza a los regidores de su propio partido, porque según él, ya los tiene seguros. En la bolsa. Considera que ellos tienen la obligación de apoyarle en todo. Entonces descuida su atención. Atención que sí brinda a los contrarios, a quienes les da poder, buen trato y favores. Entonces vienen las revueltas internas. El enemigo está en casa y usted lo ha dejado crecer.